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Semana Santa: ¿cómo el cuerpo humano reacciona ante una muerte por crucifixión?

La crucifixión fue inventada por los persas en el año 400 A.C.


Portada: Semana Santa: ¿cómo el cuerpo humano reacciona ante una muerte por crucifixión? Semana Santa. Fuente: Difusión.

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Redacción Willax TV Redacción Willax TV

A propósito de la Semana Santa, vale precisar que la crucifixión fue inventada por los persas en el año 400 A.C. Luego, fue replicada por los griegos y los romanos.

Es considerado uno de los métodos de ejecución más salvajes y crueles ideados por la mente humana. Se aplicaba a criminales que habían cometido grandes delitos, como la rebelión, y tenía como fin exhibir a los sentenciados, además de provocarles una muerte lenta y dolorosa.

Distintos historiadores explican que, en la crucifixión, los criminales tenían una larga agonía de 24 horas como promedio, aunque se reportaron casos de personas que permanecieron con vida hasta 9 días en la cruz. En este tiempo, estaban expuestos al frío, el hambre, sed, y hasta a los perros y buitres que devoraban sus órganos. 

En el caso de Jesucristo, se estima que agonizó en la cruz por un periodo de 2 horas hasta su muerte, ya que se encontraba muy débil a consecuencia de la flagelación y la pérdida de sangre que sufrió. 

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Estudios sobre la crucifixión

Se sabe que los clavos que utilizaron en la crucifixión de Jesús medían aproximadamente 13 centímetros. Fueron incrustados en las muñecas de Cristo y no en las palmas de las manos, como se suele pensar. Igualmente, los pies también fueron clavados y por atravesar nervios importantes, ejercían un dolor insoportable y continuo.

El médico forense estadounidense Frederick Zugibe reportó (1989 y 2005) experimentos con voluntarios para reconocer los efectos que tendría una crucifixión en el cuerpo del ser humano. Los voluntarios participantes, todos adultos jóvenes que en promedio tenían 30 años, fueron amarrados y suspendidos en cruces de 2.34 metros y sus reacciones fueron monitoreadas electrónicamente, con electrocardiogramas, midiendo el pulso y la presión arterial.

“Los estudios detallan que los voluntarios sufrieron fuertes calambres provocados por la incomodidad de la postura, además de un constante hormigueo en las pantorrillas y muslos”, comentó el Dr. Luis Solariprofesor emérito de la Universidad Católica Sedes Sapientiae (UCSS).

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Agregó que, gracias a las investigaciones, se sabe que la muerte en la cruz es lenta y que el sentenciado aqueja espasmos de dolor, náuseas y la imposibilidad de respirar adecuadamente. 

Sin embargo, no se puede afirmar que la insuficiencia respiratoria fuese la causa principal de la muerte de Jesús. El Dr. David Ball (2008) hizo un estudio con voluntarios de 18 a 35 años y concluyó que no pudo establecer que la asfixia jugara un rol principal en la muerte por crucifixión.

Según el Dr. Solari, la muerte en la cruz se termina dando por múltiples factores y no solo por insuficiencia respiratoria. Para poder respirar, el individuo debía apoyarse en sus pies, para que los músculos tensionados, se alivien por un instante al menos. Cuando esto se hacía, el clavo desgarraba el pie.

“Para acelerar la muerte de los sentenciados, los soldados romanos solían fracturar las piernas de las víctimas, de manera que no puedan apoyarse sobre el madero. Sin embargo, Jesucristo estaba tan débil que no fue necesario hacerlo”, concluyó el profesor emérito de la UCSS.

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