Vladimir Cerrón: cúpula del partido de Perú Libre extorsionaba a los ambulantes de Huancayo

Vladimir Cerrón lleva 45 días fugado de la justicia y desde su celular reta a la policía que lo detengan. La sentencia en su contra ha permitido a 'ContraCorriente' obtener contenido exclusivo como audios.

Testimonios revelan cómo la cúpula del partido de Perú Libre, a través de sus brazos operativos “Los Dinámicos” y “Los Galácticos del Centro”, extorsionaba a empresarios, ambulantes y comerciantes de Huancayo, para financiar su campaña electoral y enriquecerse ilícitamente. 

Por segunda vez, la justicia lo ha sentenciado por un delito contra la administración pública y, en esta ocasión, nuevamente se encuentra prófugo. La última vez que pesaba sobre él una orden de captura, se escondió 14 días ayudado por sus cómplices. Cuando se entregó dijo, con una alta dosis de cinismo, que en ese tiempo había estado en su casa. 

TAMBIÉN PUEDES VER | Leslie Urteaga: "Coincidimos en que el 7 de diciembre será recordado como el día de la democracia"

Lo fácil fue hallar, por todo el Valle del Mantaro, las devastadoras huellas de corrupción que dejaron Cerrón y sus huestes en sus dos gobiernos regionales. Las secuelas de los asaltos al erario aún perduran en la conciencia de sus paisanos en Junín. 

Las extorsiones perpetradas por la organización criminal "Los Dinámicos del Centro", el brazo operativo de Perú Libre, están grabadas en la memoria de los vendedores ambulantes. Exigir un pago ilegal, mínimo semanal, para poder trabajar sigue siendo un recuerdo cargado de impotencia e injusticia para ellos.

A pesar de más de 15 carpetas fiscales en Junín, que incluyen a Vladimir Cerrón, el Ministerio Público ha demostrado una notoria displicencia. Las pruebas de un colaborador eficaz, con videos y documentos, yacen olvidadas en los anaqueles de una Fiscalía Anticorrupción.

TAMBIÉN PUEDES VER | Bicameralidad: ¿cuáles serían las funciones del Senado?

Las imágenes capturadas por el dron, develan las calles ocupadas por vendedores ambulantes. La cámara en tierra muestra sus rostros, todos hijos del pueblo, a quienes la mafia cerronista obligaba a pagar entre 30, 50 y 90 soles mensuales para seguir trabajando.

Un cuadro de excel, entregado por un colaborador eficaz, muestra el detalle de los cupos que se cobraban. Estas extorsiones eran la condición para permanecer y vender su escaso inventario, una lucha por subsistir mientras los buitres del partido de perú libre se aprovechaban de la necesidad del emprendedor.