A Luis Miguel Llanos Le dijeron que nunca más iba a volver a caminar. A siete meses de sortear a la muerte en Tumbes, a cuatro meses de estar condenado a una silla de ruedas, Llanos vuelve a las andadas. Cada vez depende menos del andador. Sólo cuando dispara sus piernas no tiemblan. Se consuela pensando que, al menos, su puntería sigue intacta.