Más de 300 millones de dólares se ha gastado en la red dorsal de fibra óptica que agoniza en el MTC

Desde el gobierno Ollanta Humala, varios presidentes prometieron alta tecnología, innovación y cambio para todos los peruanos con la "red dorsal de fibra óptica". El sueño de interconexión de los pueblos alejados del país convertido en pesadilla, que le ha costado a todos los peruanos más de 300 millones de dólares; y que hoy, simplemente agoniza en el Ministerio de Transportes y Comunicaciones.

La titular del MTC, Paola Lazarte, nos hizo creer que existen avances en la Red Dorsal Nacional, pero la realidad la desmiente.

Nació en el gobierno Ollanta Humala y vio la luz por medio de una concesión privada. La propuesta ganadora fue de la empresa mexicana Azteca Comunicaciones. En el 2014, suscribieron un contrato que obligaba a la concesionaria a construir, operar y mantener la red durante 20 años.

Fueron más de 300 millones de dólares del presupuesto público los que financiaron esta megaconstrucción.
En el 2021, en plena pandemia, el contrato con la concesionaria de la fibra óptica fue disuelto. Sin embargo, la empresa Azteca demandó al Perú exigiendo un pago de 400 millones de dólares de indemnización por la disolución del contrato.

Con la anulación de la concesión, la administración de la red dorsal nacional recayó en manos de Pronatel, un organismo del Ministerio de Transportes que no es autónomo. 

Hace dos años se abrió una nueva convocatoria para traer a otra empresa concesionaria, pero no llegó a buen puerto por las malas artes de Juan Silva y su primo Fermín Silva, el dueño de la clínica La Luz. En mensajes de WhatsApp plasmaron su intención de hacer negocios con la red dorsal de fibra óptica. Estallado el escándalo, el concurso fue declarado desierto más de una vez. 

Hoy, ni el propio Ministerio de Transportes sabe qué hacer con la fibra óptica nacional. Paola Lazarte ha prolongado por tres años el control de la red dorsal a Pronatel, un organismo cuya cabeza tiene denuncias por corrupción en la Fiscalía y ha hecho caso omiso a cualquier pedido de explicaciones.