La presidenta de la República, Dina Boluarte, reconoció en su mensaje a la nación del 12 de diciembre que se sometió a una intervención quirúrgica y no a una mejora estética.
“Sí, me sometí a una intervención quirúrgica, no a una intervención estética, una intervención necesaria para mi salud. Lo necesitaba por funcionalidad respiratoria, que no me generó ningún tipo de incapacidad o impedimento para ejercer mis funciones como presidenta”, dijo la mandataria.
Asimismo, Boluarte Zegarra también aclaró que esta operación no le impidió a que realice sus funciones como jefa de Estado.
“Es intervención, no me generó ninguna discapacidad. Una persona incapacitada no suscribe 91 normas que ahora se dicen falsificadas las firmas. Cuando se digne en citarme el Ministerio Público, renunciaré voluntariamente a mi derecho de la confidencialidad médica y entregaré mi historial médico y demostraré lo que esto manifestando”, sostuvo.
EL ACUERDO CABANI Y BOLUARTE
Sin embargo, la seguridad con la que la jefa de Estado habló no es casual, sino que existe un personaje que le dio las armas necesarias para que salga a amenazar a la fiscal de la Nación y enfrentar a la prensa, hablamos de su amigo y hoy doctor en la sombra, Mario Cabani.
Según fuentes de Palacio de Gobierno, el cirujano a llegado a un acuerdo por lo bajo con el Estado. Él no habla de la operación clandestina de Dina Boluarte, se escuda en el pretexto del secreto profesional y el Ejecutivo lo resguarda, lo cuida, lo protege para que no vaya a prisión.
Esta coordinación se habría cerrado recientemente con el tiempo exacto para que la mandataria salga el último jueves en su mensaje a la nación, segura y confiada de tumbarse la denuncia por la que teme ser vacada.
