“Ponchos rojos”, una facción paramilitar boliviana fiel a Evo Morales, operaría políticamente en el Perú

Evo Morales Ayma era, hasta hace unos días, el único expresidente extranjero que se paseaba en el país andino que esparcía su discurso divisionista, racista y de odio, atizando la llama del enfrentamiento entre peruanos. 

Hoy viene al Perú para contarnos el cuentazo de la “Nación Aymara” y sería, según el gobierno y la fiscalía, uno de los líderes que azuzarían a la población para cometer actos vandalicos. 

Según la fiscalía, junto con el gobernador regional de Puno, Germán Alejo, Morales estaría involucrado en el delito de atentado contra la integridad nacional, ilícito grave penado con más de 15 años de prisión. 

Por lo pronto las autoridades peruanas han identificados al menos doce operadores políticos bolivianos del entorno más cercano y confianza del izquierdista, que ingresaron al Perú hasta en 27 ocasiones entre los años 2021 y el 2022 de manera irregular. 

Se trata de Francisca Alvarado Pinto, expareja de Evo Morales, su exministro Félix Cárdenas Aguilar, quien ingresó dos veces de forma irregular en 2021 y en el 2022, Cecilio Máximo Ilsaca Quispe, su viceministro de Descolonización, Isabel Ala Condori, Édgar Ramos Laura, Mario Mita Daza, Dionicio Núñez Tangara y Delina Chile Mamani. Estos último vinculados al Movimiento Al Socialismo (MAS), partido boliviano del exdignatario.

Según reportes de inteligencia, en territorio peruano no solo estarían operando estos personajes, sino también los llamados “ponchos rojos”, una facción paramilitar conocida por su fidelidad a expresidente. El colectivo es temido porque toman la justicia por mano propia, sobre todo en Achacachi, una provincia boliviana donde, desde 2017, no hay Policía ni Fiscalía