Cuatro niños fueron encontrados en la selva de Colombia: ¿cómo se desarrolló el "Operativo Esperanza"?

El último viernes 9 de junio, los cuatro hermanos Soleiny, Tien, Lesly y Cristin fueron encontrados en la selva colombiana tras 40 días de estar desaparecidos, luego que la avioneta en la que viajaban con su mamá se estrellara. Ella, además de otros dos adultos, perdieron la vida en este accidente que se produjo el 1 de mayo. 

Las fuerzas militares del país sudamericano hallaron a los cuatro niños de 9, 4, 13 y 1 año de edad, respectivamente, con señales de deshidratación y picaduras de insectos, aunque se encuentran bien y fueron trasladados en un helicóptero para recibir atención médica.

Este plan de búsqueda, que fue llamado "Operativo Esperanza" estuvo a cargo de efectivos del Ejército, que llegaron al lugar de los hechos, donde encontraron los cuerpos sin vida, pero los menores habían desaparecido. Desde entonces, alrededor de 120 uniformados y 70 indígenas, iniciaron con los trabajos para hallar a los niños. Recorrieron unos 1.250 kilómetros de la espesa selva con la ayuda de helicópteros y perros rescatistas.

Las condiciones climáticas de la búsqueda eran tan adversas que se había reportado que 14 indígenas habían tenido que abandonar la misión por problemas de salud.

¿CUÁLES FUERON LAS PISTAS QUE DIERON CON EL HALLAZGO?

Parte de la estrategia consistió en reproducir por parlantes una y otra vez la voz de Fátima, la abuela de los niños, diciéndoles tanto en español como en su lengua indígena nativa que los estaban buscando. "Tienen que estar quietos", decía el mensaje.

La atención mediática se volcó en el operativo a medida que se fue reportando que los rescatistas habían encontrado pruebas de que los niños estaban vivos: un pañal, restos de fruta mordida, un biberón rosado y un "refugio construido de manera improvisada con palos y ramas".

La pista que terminó siendo clave en la búsqueda fueron las huellas de uno de los niños junto a las de un perro. Según uno de los comandantes de la misión, corresponderían a Wilson, uno de los tres caninos que hacía parte del grupo de búsqueda y se había perdido unos días antes. Tras el rescate de los niños, se confirmó que el perro sigue perdido.

El día del accidente, la familia viajaba para reencontrarse con el padre, Manuel Ranoque, un líder indígena que había huido de Araraucara a raíz de las amenazas que recibió por parte de grupos armados ilegales.