En solo cuatro días el Covid-19 puede dañar severamente los pulmones

Las nuevas variantes podrían ser la explicación.

El neumólogo Álvaro Bejarano, quien trabaja en el área covid del hospital Rebagliati, cuenta que hace poco se registró el caso de un paciente que tenía síntomas leves de covid-19 al inicio, por lo que se fue a su casa; sin embargo, cuatro días después regresó mal y al realizarle exámenes radiológicos se vio que sus pulmones habían sido afectados casi en su totalidad.

Además, el especialista explica que entre un 80% y 85% de casos son asintomáticos o leves, mientras que un 15% requiere de hospitalización y el 5% de una cama UCI. Esto es debido a que las variantes británica y sudafricana tienen una mayor tasa de contagio, entonces habrá, por proporción, más casos moderados y críticos.

Bejarano señala que, al haber más contagios, los hospitales comienzan a llenarse, incluso aquellos ambientes recién inaugurados, y al no darse abasto, pacientes con enfermedad severa están siendo atendidos en sus propias viviendas.

“Ellos necesitan oxígeno en dosis altas y van a tener un desarrollo de la enfermedad mucho más complicado. El manejo del paciente en un hospital es distinto al que se tiene en casa”, afirma. No obstante, recalca, el progreso de una persona con Covid-19 también dependerá de factores adicionales como la edad, comorbilidades y del sistema inmunológico.

Además, el médico Bejarano, precisa también que cuando el 50% de los pulmones está comprometido ya es un caso severo. Y con el 70% ya se requerirá de oxígeno, mientras que a partir del 90% de daño se necesitará de altas dosis de oxígeno y probablemente intubación o ventilación mecánica.

Con un 100% de afección la persona ya estará en UCI y tendrá un riesgo de mortalidad muy alto. A nivel mundial, explica el neumólogo, el 50% de estos pacientes fallecen; sin embargo, en el hospital Rebagliati el porcentaje que manejan está entre el 25% y 30%. “Dependerá del centro y cómo se maneja al paciente, de los insumos que se le brinden, entre otros”.

Fuente: La República