Stefano Peschiera le brindó al Perú un despertar diferente, lleno de alegría e ilusión. El velerista nacional ganó la medalla de bronce en la prueba de dinghy masculino, en los Juegos Olímpicos París 2024, brindándole al país una presea luego de 32 años.
Cuando el jurado anunció que Peschiera iba a estar en el podio olímpico, nuestro compatriota no pudo contener las lágrimas, y de inmediato abrió el chaleco salvavidas y sacó la foto de su abuelo Alonso. Una imagen que siempre lleva consigo cada vez que compite.
Para el deportista nacional es muy importante su abuelo, debido a que inculcó el amor por esta disciplina cuando recién había aprendido a caminar. Stefano lo llama ‘viejo lobo de mar’ como lo llamaban en la familia, pidió el permiso de su padre para empezar a enseñarle a dominar los vientos y saber dirigir una vela cuando había cumplido los siete años.
Desde ese momento, la convivencia Stefano Peschiera con don Alonso se fortaleció, dejando los juguetes de lado para solo esperar llegar a la casa de su abuelo en Ancón y vivir junto a él diversas aventuras sobre el agua.
Por esa razón, Stefano siempre le estará agradecido a don Alonso porque inculcarte este deporte, que lo ha llevado a quedar en la historia del Perú.