Adrián ‘Maravilla’ Martínez es el delantero estrella que brilló con Racing Club, obteniendo en título de la Copa Sudamericana 2024 tras vencer a Cruzeiro.
El goleador está viviendo un presente de ensueño, muy diferente a su tormentoso pasado, donde no solo lidió con la pobreza extrema, sino que estuvo preso por un delito que no cometió.
Martínez no tuvo la oportunidad de formarse en las divisiones menores de un equipo de fútbol, como lo han hecho muchos jugadores profesionales. Su adolescencia fue dura, porque mientras defendía la camiseta del Las Acacias, equipo de su barrio, trabajó en paralelo en una distribuidora, recolectó basura y ayudó en tareas de albañilería, hasta un accidente en moto que casi le cuesta perder una mano. Todo eso cuando tuvo 17 años.
Lamentablemente, su vida se convirtió en una pesadilla en el año 2014, cuando balearon a su hermano Braian, de 18 años, y él fue arrestado por error, acusado de quemar y robar la casa del agresor. Estuvo siete meses en la cárcel, hasta que se comprobó su inocencia.
“Yo caigo preso por un incendio en una casa. Yo realmente no le prendí fuego la casa. Como la causa estaba medio armada, me pusieron ‘incentivación de incendio’ como que yo incentivé a todas las personas a prenderla. También, me agregaron ‘robo agravado, secuestro y uso de armas de guerra’”, indicó ‘Maravilla’, quien anotó uno de los goles que llevó a la cima a la ‘Academia’.
Además, agregó: “Yo salí libre, sin culpa, por eso. Pero comí un proceso de 7 MESES. Estuve 90 días en Buzones, que es tipo castigo. Eran veintipico de celdas y siete colchones. Los otros dormíamos en chapa. Sabés con el dolor que te levantabas, en la espalda y los pulmones”.
Por último, manifestó: “Es fundamental poner a Dios en la vida, una vez que nos inculcamos a Dios en nuestra familia, cambiamos por completo”.