Alejandro Sánchez: ¿cómo el amigo de Pedro Castillo logró salir del Perú sin que nadie lo vea?

Alejandro Sánchez Sánchez, el paisano y amigo del golpista Pedro Castillo, fue capturado el último viernes en Estados Unidos al lado de un grupo de migrantes indocumentados, que tenían como guía un traficante de personas, conocido en la frontera como "coyote" o "pollero".

Sánchez Sánchez es un personaje cuestionado desde el primer momento por el uso que se le daba al domicilio suyo en el jirón Sarratea (Breña), sus entradas por la puerta falsa de Palacio de Gobierno y sus pocas sutilezas para negociar con las obras del Estado.

Ahora, el cercano al exmandatario se encuentra en el Centro de Detención del Río, en Texas, EE.UU. Lo curioso de su captura es que tenía visa americana vigente, con la cual pudo haber tomado un avión.

¿Cómo Sánchez logró salir del Perú sin que nadie lo vea?

De acuerdo con un reportaje de 'ContraCorriente', Alejandro Sánchez se encontraba en la clandestinidad desde noviembre de 2022, cuando el Poder Judicial ordenó 30 meses de prisión preventiva en su contra, por el caso 'Gabinete en la Sombra', carpeta fiscal donde es señalado como financista y coordinador de la presunta organización criminal que operó durante el gobierno de Pedro Castillo.

Según las últimas informaciones, Sánchez permaneció unas semanas en México, donde celebró su cumpleaños número 39, bajo el amparo del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Actualmente, AMLO ha dado asilo y manutención en favor de la esposa e hijos de Castillo. Y, cada vez que puede, lanza una distorsionada defensa de la situación jurídica del golpista.

En cada allanamiento, Sánchez Sánchez siempre estuvo un paso delante de la justicia. Malos funcionarios lo habrían ayudado alertándolo de cada incursión de la justicia.

La Policía lo vio por última vez en Asia, donde estuvo vestido con una gorra y mascarilla. Visitó el Centro de Lima para buscar un turrón de Doña Pepa y, luego, fue hacia un chifa, para finalmente dirigirse hacia un hotel con una mujer rubia de identidad desconocida; así lo atestiguó un seguimiento oficial.

Luego de un mes y medio de vigilancia, la rutina rígida de Sánchez Sánchez cambió de forma repentina el 10 de octubre del año pasado. Un día antes de la detención programada, fue visto por agentes policiales cerca de su imponente casa de Asia. Compró en un grifo con su hijo y, posteriormente, desapareció hasta el día de su detención.