Lucianita, de solo 3 años, regresa a casa en Huancavelica, feliz y sonriente en los brazos de su madre. Se despidieron de ella los especialistas del Hospital Edgardo Rebagliati Martins que asumieron el compromiso de salvarla.
Un reto de amor que se tradujo en una compleja cirugía para extirpar un tumor cerebral de 13 centímetros de diámetro que ocupaba el 90% de las fosas nasales y el cerebro de la niñita. Ella ahora es un símbolo de victoria sobre la adversidad.
La madre cuenta que durante la pandemia observo que algo no andaba bien con Lucianita. Había cierta deformidad facial que hacía que sus ojos sobresalieran, no respiraba bien, algo obstruía sus fosas nasales y padecía de fuertes dolores de cabeza.
La niña ingresó al Servicio de Emergencia Pediátrica del hospital Rebagliati donde se detectó un tumor en el encéfalo. Así, se ordenó una biopsia transnasal endoscópica para conocer el grado de agresividad de esta neoplasia y planificar la intervención quirúrgica.
El experimentado doctor Javier Custodio Sheen, neurocirujano pediatra del este nosocomio, señala que, para resolver esta compleja patología, fue necesario el apoyo de los cirujanos pediatras de cabeza y cuello, con ellos, se reconstruyeron los senos maxilares, corrigieron las anomalías del tabique y las fosas nasales, recuperando el tierno rostro de Lucianita.
“La operación, que duró casi ocho horas, se dio el pasado 5 de abril, logrando que la menor recupere sus funciones vitales. Después de ello estuvo en UCI por un período de 4 días con soporte de ventilación mecánica por 36 horas y tras una evolución favorable se reencontró con sus padres y se ira a casa”, resaltó el especialista.
MIRA AQUÍ NUESTRA PROGRAMACIÓN EN VIVO.
SÍGUENOS TAMBIÉN EN YOUTUBE