Han pasado 21 años desde la tragedia en Mesa Redonda, un incendio que dejó más de 200 muertos y marcó un antes y un después en la seguridad de los espacios públicos en Perú. Estando pocos días de celebrarse la Navidad, las condiciones en el lugar no solo se repiten, sino que se agravan con nuevos riesgos; así lo constató el dominical ‘ContraCorriente’.
El comercio ambulatorio inunda las calles, impidiendo el ingreso de los bomberos. Durante un recorrido junto al comandante Gilmar Guerrero, se evidenció que las unidades y los hombres de rojo enfrentan dificultades extremas para maniobrar entre los ambulantes.
A este caos se suma el peligro de las baterías de litio en scooters y bicicletas eléctricas, altamente inflamables y difíciles de apagar. “Controlar un incendio de estas proporciones será mucho más complicado”, advirtió Guerrero.
Aunque la Municipalidad de Lima intentó reubicar ambulantes en la “Huerta Encontrada”, esta medida fracasó por la inseguridad y la falta de comercio en la zona. Mientras tanto, Mesa Redonda sigue abarrotada, con miles de personas y productos inflamables que convierten el lugar en una trampa mortal. “Es una bomba de tiempo”, alertaron.
Con la mecha encendida, la capital parece ignorar las lecciones del pasado, dejando la capital al borde de una nueva tragedia.