¿Quién mató al candidato presidencial de Ecuador Fernando Villavicencio?

Un día después de que denunciara públicamente que había sido amenazado de muerte, Fernando Villavicencio fue asesinado en la puerta de un colegio en Quito, el pasado miércoles 9 de agosto.

ContraCorriente llegó a Ecuador para contarles, en exclusiva, todos los detalles, de este macabro asesinato, que acabó con la vida del candidato a la presidencia, quien falleció acribillado por sicarios a solo días de celebrarse las elecciones presidenciales. 

El candidato de 59 años, cuyo lema de campaña era "es tiempo de valientes", fue acribillado como se muestra en el video, una evidencia más de que todos los protocolos de seguridad fallaron.

El vehículo, asignado por el estado, no estaba blindado a pesar de que ellos mismos le comunicaron que tenía 98% de riesgo de sufrir un ataque mortal inminente y era su obligación cuidarlo. Para sus familiares, amigos y simpatizantes, nada de lo ocurrido el 9 de agosto fue una coincidencia. Todo estuvo planificado. 

Fuentes de ContraCorriente nos han confirmado que en estos momentos agentes del FBI se encuentran trabajando en la zona, de incógnito, con absoluta reserva, tratando de contactarse con testigos del crimen. 

La policía ecuatoriana ha confirmado que 4 de los 6 detenidos, estuvieron en la escena del crimen, según evidencian las cámaras de seguridad de la zona, que los captaron merodeando el lugar sin que ninguno, fuese detectado por la escolta policial del candidato. Todos son de nacionalidad colombiana.

Para Fernando Villavicencio, denunciar a políticos cuyas campañas presidenciales fueron financiadas por el narcotráfico y prometer que, de ser electo mandatario este 20 de agosto, le haría la guerra al crimen organizado, fue su sentencia de muerte. 

Para los criminales todo tiene un precio, incluso la vida. Y ya alias "Fito", cabecilla de la organización narcotraficante de 'Los Choneros', que presta sus servicios al cartel mexicano de Sinaloa, le había mandado sus emisarios para advertirle que si seguía metiendo las narices en sus negocios criminales, lo iba a quebrar.  

Son pocos los valientes que salen de sus casas para dejarle unas flores o encender una vela en su memoria, en un momento en el que la capital más segura de la región terminó en un baño de sangre, a puertas de una elección presidencial.